Con mucha
frecuencia hemos oído hablar a nuestros superiores, incluso a nuestros
compañeros de trabajo acerca de los accidentes como resultado de las actitudes
inseguras, del desinterés y del pobre nivel de desempeño de nosotros mismos. Es
decir, los accidentes como resultado de
nuestro comportamiento. Es evidente que nuestra forma de pensar, nuestra
forma de actuar y de realizar nuestros conocimientos y tareas, ya sea aquí en
el trabajo o en nuestros hogares,
influye grandemente en las posibilidades de sufrir accidentes.
Antes
de continuar quisiera hacerles una pregunta: Cuál creen ustedes que es el
factor que provoca la mayoría de los accidentes?
El supervisor debe esperar a
recibir las respuestas de los trabajadores, incluso puede enumerar los
distintos factores que se expongan para de esta forma brindar participación. De
cualquier forma se llegará a la siguiente conclusión).
Como
hemos visto, el factor número uno causante de accidentes, es el factor humano.
La mayoría de los accidentes no son provocados por fallos mecánicos, ni por los
equipos, ni por las herramientas sino
por el descuido y uso inadecuado de tales herramientas y equipos. Es decir que nuestro
comportamiento influye grandemente en la posibilidad de provocar accidentes que
den por resultado lesiones graves e incluso la muerte.
Frecuentemente
estamos conscientes de los peligros que
nos rodean, sin embargo, no actuamos consecuentemente, no tomamos las medidas
necesarias para evitar que esos peligros se conviertan en una triste realidad.
Por ejemplo, muchas veces olvidamos usar nuestro equipo de protección personal
sabiendo que lo necesitamos y sabiendo que estamos expuestos a sufrir lesiones
serias o a dañar nuestra salud, a causa del ambiente que nos rodea. Otras veces
sucede que no obedecemos las normas de prevención establecidas sólo por el
hecho de que pensamos que no son importantes y que si llegara el momento de una
emergencia sabríamos defendernos. Esta
es precisamente una actitud que más tarde o más temprano, provocará un
accidente.
Se
podría enumerar una serie de actitudes humanas que aumentarán o disminuirán las
posibilidades de sufrir un accidente. Un grupo es positivo y el otro es
negativo. Las personas que muestran las actitudes positivas son las personas
que muy probablemente nunca sufrirán accidentes, mientras que las personas con
las actitudes negativas están involucradas en accidente con bastante frecuencia
y lo que es peor, son las causantes de accidentes que no solo dañan a su
persona, sino al bienestar de los que se encuentran a su alrededor.
Entre las
actitudes que han sido determinadas como negativas y por lo tanto causantes de
accidentes podemos citar las siguientes: demasiada confianza en lo que se hace;
evadir la responsabilidad con excusas,
intolerancia; impaciencia; incapacidad de recibir críticas, descuido,
frivolidad, alcoholismo, inmadurez; y, bromas e indisciplina, entre otras.
Estas son actitudes negativas que debemos dejar a un lado o tratar de evitar.
Eliminando de nuestro comportamiento este tipo de comportamientos,
contribuiremos a nuestro propio bienestar en todo momento y en cualquier lugar.
Entre
las actitudes positivas que contribuyen a prevenir accidentes se encuentran las
siguientes: madurez personal; disciplina; actitud realista y social; actitud de
tolerancia y amabilidad para con los demás; responsabilidad; moderación;
control de los impulsos; y, discreción. En pocas palabras podríamos decir que
las personas que se preocupan por la prevención de accidentes son personas que
se dan cuenta de sus limitaciones y de su debilidades y que miran a su
alrededor en forma realista, con interés de ayudar.
Hoy cuando
lleguemos a casa tomemos unos minutos y hagamos un análisis de nuestro
comportamiento. Veamos si podemos determinar cuáles son las actitudes que debemos
dejar a un lado y cuales debemos adquirir o practicar con más frecuencia para
prevenir accidentes. Siempre podemos eliminar actitudes negativas y adoptar
otras nuevas y positivas que serán provechosas tanto para nuestro bienestar
como para el de nuestros compañeros de trabajo. Recuerden siempre que en la
mayoría de los casos nuestro comportamiento inadecuado es el causante de los
accidentes. Hagamos un esfuerzo por mejorar nuestro comportamiento a favor de
la prevención de accidentes y de nuestro
propio bienestar, tanto en el trabajo como en el hogar.
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